lunes, 10 de octubre de 2011

RECONSTRUCCIÓN DEL CRÁNEO

reconstruccion_craneo2.jpgSi tenemos el cráneo podemos reconstruir el rostro de la persona a la que perteneció. Es uno de los trabajos más creativos y gratificantes de la antropología forense, y por supuesto exige grandes especialistas.
Vamos a acompañarlos en su labor.
Lo primero es restaurar el cráneo si está roto, pegando los pedazos, reconstruyendo con resinas los trozos que falten y consolidando el tejido óseo si está en estado de fragilidad. Después establecemos el sexo, según las medidas craneales y el grosor de los huesos. Y por último la raza, por los detalles morfológicos. Todo esto lo haremos en norma frontal y lateral, por medio de fotografías en las que se habrán marcado los puntos oculares, nasales y bucales.
Con todas estas medidas, que por supuesto siguen una escala matemática y están sujetas a tablas de medición, haremos una copia del cráneo en escayola o arcilla, y la colocaremos rostro arriba en una mesa, sujeta por tiras de arcilla. Rellenamos las cavidades, insertamos ojos de plástico y lo recubrimos todo de yeso y gasa. Cuando esté seco se extrae el cráneo. Lo ponemos boca abajo y repetimos el proceso con la parte posterior. Después reservaremos el cráneo, extraído del molde, con el resto de los huesos.
Conseguidos ambos moldes los juntamos, pegamos y retocamos la juntura, marcando los puntos cefalométricos.
Se van ahora construyendo los músculos faciales con plastilina: el masetero, los temporales, los orbiculares ocular y oral, cigomáticos y nasal. Puede hacerse también con arcilla.
Una vez reconstruida la capa muscular del rostro, se elabora una mascarilla en yeso.
Sobre ella, lo más difícil, y lo que nos llevará a una identificación: crear un rostro individualizado.
Empezaremos por las cejas. Éstas continúan la línea de los arcos superciliares, más o menos a 5 mm sobre el borde superior de las órbitas, más cerca cuanto más desarrollado está éste. Si la parte externa es más gruesa, las cejas sobresalen lateralmente, y se arquean hacia el temporal.
Los ojos están determinados por la cavidad orbitaria: su forma, tamaño, disposición de los párpados y apertura horizontal, algo que varía mucho según las razas, que inciden también en la disposición de los huesos nasales y del maxilar superior, así como en la distancia interorbitaria. Por ejemplo, los caucasoides tienen los globos oculares más juntos que los negroides. Y en todas las razas las mujeres tienen las órbitas más altas y los ángulos internos más próximos que los hombres. En general, la longitud de la abertura de los ojos equivale a un 60-80% de la anchura de las órbitas.
Hay dos formas del borde interno de la órbita: una recta de la cresta lagrimal, típica de los mongoloides, y en gancho, típica de los caucasoides.
La orientación del pliegue palpebral superior depende de la forma del borde supraorbitario. Por ejemplo, un párpado cercano al ángulo interno se relaciona con una órbita alta y un caballete nasal bajo.
reconstruccion_craneo4.jpgLa nariz varía mucho por sexo y raza. Se define por su raíz, perfil, punta y orificios nasales. La raíz se determina por la forma de su región glabelar o de inserción en el cráneo y por la longitud de las prolongaciones del frontal. El perfil puede ser recto, cóncavo, convexo o sinuoso. La punta, respingona, horizontal o ganchuda. Los orificios, longitudinales, transversales y redondeados. La anchura nasal se establece entre los puntos medios de los dientes caninos.
Mis lectores me disculparán que no dé más datos, pero al ser todos ellos muy técnicos, e ir esta página dedicada a no iniciados, se convertiría en algo totalmente ininteligible. Sigamos:
Para la reconstrucción del dorso de la nariz se toma el punto más sobresaliente de la espina nasal; a partir de ahí se traza una línea paralela a la anchura de la apertura del hueso; y a partir de esa guía, se trazan distancias equidistantes a su borde. Ese será el perfil del dorso.
El perfil del puente viene dado por la inclinación de los cartílagos nasales central y laterales, y por el grado de proyección de la espina: si la espina se dirige hacia arriba dará una punta nasal chata; si es horizontal será una nariz recta, y si hacia abajo una nariz aguileña. Si la espina es espatulada la nariz será ancha y con protuberancias, y si es bífida la nariz será de fosas separadas.

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